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AIR




"OLGA DIEGO Y EL AIRE"______Teresa Lanceta



Ahora que Olga Diego ha llenado el espacio de la Galería Mustang de esculturas, respiremos junto a ellas al unísono. Compartimos el mismo aire y una misma necesidad casi escondida para nosotros; inconscientemente, sin que medie nuestra voluntad, mientras que esas enormes esculturas que toman completamente el espacio de la sala, desbordadas en forma y tamaño, respiran por la voluntad de la artista.

Tomamos un aire que es común a todos y lo expulsamos siguiendo un ritmo, cada uno el suyo. No es el mismo proceso, dentro nuestro está ocurriendo un hecho misterioso que sólo puede explicar la ciencia, a su manera, porque, gracias a ella, sabemos cómo es y qué beneficios nos aporta esa toma y expulsión de aire y podemos describir el intercambio físico y químico, involuntario y automático. Del arcano que encierra nada sabemos porque conocemos la vida pero no su enigma. Las esculturas no gozan de ese misterioso proceso químico que permite la vida pero encierran el del arte.

Unas turbinas programadas insuflan aire a estas esculturas hinchables o naturalezas artificiales que se expanden y contraen, que retoman una y otra vez la forma y cuya materia es el propio aire. Durante ese recorrido de hinchado y deshinchado desvelan su función gracias a la utilización de unos mecanismos electrónicos cuya codificación sigue unas intencionadas directrices. Son esculturas que muestran una actividad en absoluto inocente sino que hablan, a través de la reiteración de atributos y movimientos, de un sexo excesivo o un agónico dolor, “evidencian un fondo de perversión y lujuria”. El movimiento de expansión y contracción sufre en determinados momentos pequeñas interrupciones o contra-ritmos que le confieren vida, especialmente a aquellas esculturas que interactúan con los movimientos del espectador que, mientras deambula entre las piezas de Olga Diego, es el artífice de muchas de las reacciones de esos artefactos que llenan la sala.

En Hombre suspendido, un Cristo agónico emite un leve estertor que rompe el ritmo leve de su respiración carente de aliento lo que hace aún más dramática su imagen. En La novia y los solteros, otro guiño a la historia del arte, una multitud de senos crean al hincharse una enorme masa traslucida semejante a una Venus prehistórica ataviada con tantos pechos y pezones que la hace capaz de alimentar a un pueblo o de excitar a los solteros, una masa de menor tamaño recubierta de penes dispuestos a crecer ante ella. Mientras la gran figura de la novia es la de una mujer que multiplica sus atributos, las pequeñas esculturas son las de unos hombres representados por su masculinidad.

La piel artificial que delimita las esculturas es plástico. Es el más sencillo de los materiales usados para la exposición, es el plástico que viene en rollos o en bolsas, unas veces transparente, otras, traslucido, al que Olga Diego le confiere historia al hacerle perder su apariencia habitual llenándolo de rugosidades, cicatrices, marcas múltiples y extrañas y superficies texturadas que generan un aspecto orgánico y que hacen olvidar su origen industrial. Esa piel no es anodina, nunca lo son los materiales en manos de la artista por lo que, el protagonismo del aire y el movimiento, en detrimento de la envolvente plástica, se compensa por el trabajo minucioso de la superficie del plástico.

Las Rocas invaden por completo el hueco de la enorme claraboya central de la MAG por lo que quedan expuestas a los cambios que la luz natural produce sobre la superficie tratada. La cualidad traslúcida del plástico, a través del cual la luz pasa tamizada, aumenta los tonos y las variaciones. Dentro de estas masas escultóricas, pequeñas cámaras transmiten a unas pantallas los cambios que se producen en el interior, la riqueza de la piel y las siluetas difuminadas por el contraluz de los espectadores que recorren la sala. El carácter lumínico de las piezas queda expuesto sin paliativos y con una intencionalidad mayor que en las otras esculturas. La luz se presenta como tema pero no es aquella que ilumina las cosas sino la que se vive como una experiencia primigenia. El arcano no está en la oscuridad sino en la luz. Nos adentramos en otro misterio: la luz hace posible la vida.

El sonido, a través de voces, motores o del plástico al moverse o rozarse, se concreta en Bicéfalo contrariado donde un enorme cuerpo hinchable y esférico sustenta a dos cabezas cuyas voces se contradicen mutuamente.

En los últimos años, Olga Diego ha trabajado con hinchables, vídeos, plásticos, motores o mecanismos electrónicos. Ha fabricado artefactos voladores con los que recogía vídeos a tiempo real como en el festival de las Artes de Salamanca o para la Bienal de El Cairo, artefactos con los que incluso ella misma ha volado. Ha construido, para la Plataforma Petracos, una vivienda completa que podía guardarse en una maleta. Para el Centro de Arte Las Cigarreras restauró, con materiales originales, un circuito eléctrico de la antigua Fábrica de Tabacos en el que sonaban las sirenas mostrando en un vídeo el proceso y ha expuesto en la Galería Aural de Alicante y en la Galería Adora Calvo de Salamanca, entre otras.


















AIRE___________________Olga Diego



“AIRE” es el resultado de la experimentación con esculturas de aire contenido y modulado. Una lucha intensa entre la forma, el vacío que la construye y su sentido.

 Empeñada en explorar con un sencillo material como es el plástico en bobina o en bolsas y en crear con ellos esculturas móviles e interactivas he llegado a las extrañas formas de superficies texturadas que generan una apariencia orgánica, al empleo de circuitos electrónicos que activan, sincronizan y dotan de movimiento a las piezas, y a un sonido generado por las mismas o incorporado ex profeso. El uso de materiales prefabricados me han abierto el abanico de nuevas estructuras hinchables.

 Destacar el alejamiento de las formas preconcebidas y diseñadas mediante una calculación volumétrica sin modificación posterior, y por tanto, sin la posibilidad enriquecedora del proceso y sus múltiples variaciones. La ausencia de ceñimiento a un patrón permite considerar el proceso mismo como parte de la obra en sí, que en ocasiones demanda ser mostrado junto a la obra “definitiva”.

 Algunas de las piezas son irremediablemente concretas y figurativas debido a mi fuerte atracción hacia a la figura humana como territorio de expresión y experimentación.

 Desde la idea original al resultado actual hay un largo camino marcado por las dificultades que resultaron ser hándicap favorecedor donde conté con la asistencia en la electrónica y programación de Lot Amorós y el apoyo de Teresa Lanceta.


HOMBRE SUSPENDIDO
El que fue un hombre yaciente cual un cristo descendido y vuelto a ascender, donde lo que podría ser burla, se torna imán, resonando un halo de ternura que ensimisma en el ritmo de su respiración.

LAS ROCAS
Los gigantes me absorben e invaden con sus tentáculos y se hacen tan inmensos e inabarcables ya antes de ser creados. Porque la imposibilidad de luchar con ellos los hace vencedores, al menos en la distancia y merma de mis posibilidades. Dos grandes rocas inconquistables.

LA NOVIA Y LOS SOLTEROS
Claro guiño a la conocida obra de Marcel Duchamp. La novia y los solteros en eterna distancia y espera infinita, entre masturbación y exuberancia.

BICEFALO CONTRARIADO
Dos cabezas, dos pensamientos y un drama materializado en inocente y surrealista apariencia.

SEIS HOMBRES
Los seis hombres transparentes ofrecen, de entre todas la posibles, dos claras lecturas contrariadas entre sí: una en referencia a la poquedad de su materia y simplicidad de sus formas casi de recurso infantil y lúdico, y otra que contrasta de manera radical con la anterior por la evidencia de mostrar a un grupo de seis hombres adultos, desnudos y relacionados o muy próximos entre sí, que establecen una clara relación íntima.

CORAL SENSIBLE
Pequeña estructura hinchable y texturada que reacciona ante la cercanía de las personas. Sensible al punto de retraerse sobre si misma cuando intentan tocarla."